12.12.2012

¿Y cómo les quedó el hígado?




Por Ajenjo

Después de estas maratónicas Fiestas Patrias, que para muchos todavía no terminan, sólo se me viene una pregunta a la cabeza: ¿cómo habrá quedado mi hígado?
Lo importante es que sobrevivimos y ya estamos listos para enfrentar nuevos desafíos con nuestro cuchillo y tenedor y la garganta muy afilada.
Personalmente partí septiembre cumpliendo un deseo que atesoraba hace varios años en el cerebro: conocer el Lago Chungará, en el corazón del altiplano nacional. El queme dio el empujón final fue el escritor Jorge Baradit, quien con sus tres primeros capítulos de su novela por entrega, “Lluscuma”, me invitó a conocer este ojo de agua del cíclope llamado Chile. Partí con mi hijo y mi mochila y llegamos a esta zona extraterrestre, donde las vicuñas, vizcachas y un musgo fantástico, crean un paisaje irreal, como de una película deTim Burton.
También visitamos Arica, de la mano de una cariñosa pareja, y pudimos ver a la famosa momia negra y las profundas cavernas formadas por rocas gigantescas, llenas de guano y de fantasmas de esclavos.
Fue poco lo que bebí en esa zona, ya que la altura te hace sentir raro, diferente. Incluso mi hijo sufrió un ataque de puna, donde su estómago se daba vueltas y su cabeza estaba a punto de estallar.
Al volver a Santiago no retorné a miValparaíso querido. Este año no ingresé a la ramada travesti de Zuliana, en el Parque Alejo Barrios, y decidí viajar al Lago Colbún, donde en medio de volantines y asados interminables se bailó la cueca de la alegría familiar.
Fueron largos e intensos días, donde todo comenzaba con una chelita mañanera, para después beber mostos de alta ley y terminar con uno que otro ron loco. La parrilla siempre estuvo prendida, con costillar, choripanes y lomo y terminábamos viendo películas y descansando en medio de un paisaje sacado de los bosques de Canadá.
Personalmente fue un 18 tranquilo, lleno de placeres de la buena mesa y con mucha conversación entrete y profunda. Ahora sólo queda pensar que hay que volver a la realidad y que todo este oasis de viajes y fiesta fue un paréntesis de relajo cerebral para enfrentar este último tramo del año.

ajenjoverde@hotmail.com

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