11.07.2005

Deconstruyendo Halloween


"No es lo que soy por dentro, sino lo que hago me define como
hombre". ("Batman inicia")



Son las nueve de la noche y la calle Almirante Montt, en el cerro
Alegre, está llena de diablillos, dráculas enanos y muchos fantasmas.
Me encierro en mi casa junto a mi hijo de cinco años, a quien
le diseñé en el rostro una calavera a lo Marilyn Manson, para
que recibiera a sus colegas y les repartiera los dulces.

Todo el show de Halloween empezó temprano, cuando una de las
Chicas Superpoderosas llegó a mi casa acompañada de su regalón,
que obviamente vestía una terrorífica máscara verde y una sábana
blanca. Eran las cinco de la tarde y, mientras maquillaba a mi
hijo, nos zampamos una cervecita de litro. Ya con capa de Drácula
y todo, enfilamos rumbo al Vinilo, donde a punta de ron tuve
mi primer enfrentamiento con los apestosos anti-Halloween.
"¿Cómo puedes permitir que tu hijo ande celebrando esta fiesta
yanqui?", "sería mejor que celebráramos las fiestas mapuches",
"es vergonzoso andar disfrazado en una fiesta extranjera y sin
identidad". Pobrecitos, pensaba, mientras seguían con su cotorreo
trasnochado y atemporal.

Soy nacido y criado bajo el cine norteamericano, una de las mayores
influencias de mi vida. Cuando niño, mientras pasaba el exilio
de mi familia en Venezuela y veía más de seis horas de televisión
diarias, sólo soñaba con la oportunidad de vestirme de monstruo
y salir a pedir dulces. ¿Puede haber algo más entretenido que
disfrazarse de vampiro y además exigirle caramelos a la vieja
amargada que uno tiene de vecina? No lo creo.

El discurso político ochentero de "no tomes Coca Cola, porque
cada trago de esa bebida es una bala más para Nicaragua, compañero",
está bastante enterrado. El no asumir que estamos bajo el imperio
norteamericano y todas sus leyes es vivir en la irrealidad más
extrema, y no hay versos, canciones, protestas o guerras que
actualmente logren cambiar el panorama.
La fiesta de Halloween debe ser una de las herencias más entretenidas
de este influjo gringo. Recuerdo los 1os. de Noviembre que viví,
de la mano de mis padres, recorriendo cementerios y sudando la
gota gorda para dejar un ramo de mustias flores al pariente muerto.
Una soberana lata.

Ahora, abro la puerta de mi casa y entran 5 niños corriendo con
máscaras y capas negras. Sus madres, entre las que se encontraba
Fresa Parra, la hija de Eduardito Parra de Los Jaivas, llevan
cámaras fotográficas y de videos. Las hago pasar y les muestro
los poster gigantes de La Momia, Frankenstein y El Hombre Lobo,
que mi hijo instaló en las paredes del comedor. También sacamos
a la Santa Señora Muerte, que sonreía con felicidad eterna en
su día.

La puerta sigue sonando. Aparece Juan Esteban Montero, el encargado
cultural del municipio viñamarino, con sus dos bellas hijas.
Repartimos dulces y me dice: "Esta es la globalización y no podemos
hacer nada". "Sólo disfrutar", le digo yo, mientras nos reímos.
Ya es casi la medianoche y la fiesta se apaga lentamente. Seguramente
en las discotecas los jóvenes dark la pasan mortal, escuchando
Rammstein y bebiendo a destajo para celebrar a los muertos del
mundo.

En el cerro hubo gente que instaló letreros en sus casas diciendo
que no podía celebrar una fiesta "fascista y reaccionaria", términos
que estuvieron de moda hace ya muchos años, pero que ahora generalmente
salen de bocas amargadas y de personas que por sus problemas
internos (y no políticos o sociales) jamás pudieron insertarse
en la sociedad de mercado.
Ahora viene la Navidad, con Viejos Pascueros y sus barbas de
algodón transpiradas a 30 grados de temperatura, mientras cae
nieve artificial y la muchedumbre saquea los centros comerciales.
¡Qué bonito!

ajenjoverde@hotmail.com

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece super incoherente la vista de brujas y brujos yo a mi hija no la dejo por una cosa de conciencia creo que si uno come mierda del imperialismo no tien por que los hijos de uno que sigan comiendo mierda..NO AL IMPERIALISMO GRIGO..!!!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

En lo único que aciertas es en la comparación de la celebración de halloween con la navidad que se centra en la imagen de un nórdico viejo de pascua--absolulamente alejado de nuestra realidad.

Anónimo dijo...

talvez el tipo se refiera a la celebracion de estas fechas. Celebrar a los muertos me parece genial, como en mexico o china. Aca los lloramos, pero en mala. Con amargor.
Queramoslo o no las nuevas generaciones van a cambiar el swich.